miércoles, 29 de febrero de 2012
João Leonardo: El arte de la adicción
Arrancamos el primer post, sin tener en cuenta el de 'presentación', con un artista que, personalmente no conocía pero del que estaré pendiente a partir de ahora. Hablo de João Leonardo (Odemira, Portugal, 1974), a quién descubrí en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCOmadrid de la mano de la Galería 111 (Lisboa), evento al que pudimos asistir por cortesía de Quartoymitad.
Las obras de João Leonardo forman parte de su exposición One Hundred and Six Columns, Four Heads and One Table (106 columnas, cuatro cabezas y una mesa), realizada a partir de colillas y filtros de tabaco. Una oda a los desechos. Según ha explicado el propio artista, él mismo se pasó un año entero recogiendo colillas de las calles de Bamberg (Alemania) durante su estancia en la residencia artística Villa Concordia. Pero no sólo se trata de piezas realizadas con lo que los demás consideran basura, lo curioso es que este artista portugués ha convertido su adicción en arte, porque él también fuma. ¿Qué mejor manera de conseguir que esta afición mortal le compense que haciendo que sea la base de su trabajo?
Llaman la atención los bustos que crea a partir de colillas. Pero el artista portugués también presenta en su exposición cuadros realizados con los filtros, el papel e, incluso, dibujos con nicotina líquida extraída de las propias colillas. Todas sus obras están organizadas y separadas por materiales. João Leonardo ya no sólo separa por el tipo de residuo sino que también divide entre colillas de tabaco negro y rubio (las primeras son blancas y las segundas naranjas) con las que luego realiza dibujos en cuadros.
La primera obra de este tipo que João Leonardo realizó fue Calendario #1, un conjunto de 10 cuadros en los que muestra 3.600 paquetes de tabaco vacíos. A partir de ahí todo fue dejarse llevar. El portugués utiliza absolutamente todo de los restos de tabaco. Por ejemplo, su obra Untitled (cigarrette paper collection #2) está realizada con la parte inmediatamente superior al filtro (donde llevan escritos el nombre de la marca). Así, João Leonardo ha convertido en arte los residuos considerados por la inmensa mayoría como los de categoría más baja (con permiso de los chicles): las colillas de cigarrillos.
Pero además de los bustos o los cuadros realizados con colillas, el artista ha querido ir más allá con la última parte de la muestra, The Table. A través de su mesa de trabajo, el artista permite que el espectador conozca de primera mano cómo es su trabajo. Un pequeño laboratorio lleno de filtros, papeles de fumar y ceniza, el entorno diario de cualquier fumador al descubierto, como si estuviera sobre una mesa forense pero con fuerte olor a cenicero. Aunque en esta ocasión, en vez de ser la muerte quién está presente, por única vez, el tabaco es el arte.
En realidad, esta muestra artística también es un reflejo de la muerte, inevitable para todos pero, mucho más cercana para los fumadores habituales. Pero no sólo eso, con su obra, el portugués muestra tanto los residuos que produce este adictivo placer pero también provoca que el visitante aprecie la cantidad de dinero invertido en este particular hábito social.
En esta exposición el espectador está rodeado de las consecuencias de encenderse un cigarro y puede apreciar la forma en la que el fumador, desde que se enciende el primer cigarro ya no puede controlar su vida ni su muerte. Porque, desde ese momento, es el tabaco el que manda.
Pero estos no son los únicos residuos que João Leonardo utiliza para sus obras. El portugués también firma White Cube, una particular pieza escultórica formada por una caja refrigerada donde ha guardado su propio semen. Pero esta historia merece un post aparte.
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