Inevitablemente el periodismo está cambiando. Como periodista duele pero también sonrío al pensar que, si este nuevo modelo funciona, igual todos tendremos las mismas oportunidades. Igual que cuando hace muchos años, como me contaban antiguas compañeras, las redacciones estaban llenas de jóvenes llenos de ilusión dispuestos a trabajar miles de horas a cambio de poder publicar una historia con su nombre.
Se ha hablado durante todo el verano del ya famoso 'paywall'. Los pocos diarios españoles de tirada nacional que quedan se estan viendo obligados a cambiar su modelo de negocio hacia este curioso 'muro de pago'. '¿Quieres leer? Paga'. Visto así, fácil. Probablemente este sea el único clavo ardiendo que les queda ante la gran avalancha de despidos y recortes que se están viendo en las redacciones: periodistas con muchos años de experiencia que se ven condenados a salir 'voluntariamente' aunque con una espada de Damocles en la cabeza (una manera sutil de decir: 'o te vas tú y te comes tu orgullo o te echamos y sales con una mano delante y otra detrás'). Aunque la profesión de periodista nunca estuvo bien pagada... (¿o acaso los jefes de los despachos sí que cobran bien?) son familias que se han quedado sin sueldo a fin de mes.
Viendo el panorama y, antes de que llegue el 'muro de pago' a las webs de información española me he dispuesto a ver 'Page One: inside The New York Times', documental de Andrew Rossi muy recomendable sobre los cambios del archiconocido periódico. ¿Conclusión? Si en España se hubieran acogido a este cambio con anterioridad (hablamos del NYT en 2010) igual no se habría producido tal caos en las redacciones. Viendo 'Page One', vemos como el periódico pasó por las mismas fases que los medios españoles, pero con años de diferencia: la necesidad de estar conectados a las redes sociales, el gran 'impacto' del iPad (y creer que sólo enfocando el negocio hacia las tablets se iba a solucionar), el despido de parte de la redacción... y, finalmente, aceptar que hay que huir del 'todo gratis'.
¿Los problemas? Probablemente sea que estamos en una sociedad que, lamentablemente, estamos muy acostumbrados a la palabra 'GRATIS'. Empezamos hace años con la descarga masiva de películas, series y discos de música de internet. ¿Quién no tenía/tiene un disco duro repleto de archivos piratas? Estamos acostumbrados a abrir varias páginas de Internet y encontrarnos todo tipo de información gratuita a golpe de click y sin pagar un euro. ¿Que nos compramos un e-book? Nos bajamos los libros gratis. En Twitter puedes leer sin ningún tipo de problemas los artículos de Orbyt sin estar suscrito (enlaces, enlaces y enlaces), hay programas de Internet en los que puedes escuchar música online gratis a cambio de escuchar un par de anuncios.... y un largo etcétera que llega hasta el punto de que la aplicación para móvil de mensajería instantánea que tanto dinero nos ha ahorrado, nuestro querido Whatsapp, informó de que iba a cobrar anualmente UN EURO y todos nos pusimos las manos a la cabeza.
Somos amantes del 'todo gratis'. Y más los españoles, que nos vamos de viaje al extranjero y al entrar a las tiendas y bares nos vigilan porque saben que vamos a 'tomar algo prestado'. ¿Estamos preparados para un 'muro de pago' en los periódicos? Fui suscriptora de Orbyt y tengo que decir que no renové porque prefiero el papel (sí, soy una nostálgica) y también porque no tengo iPad y en el ordenador me parecía bastante incómodo leer sus pdfs, todo hay que decirlo. Y yo sí pagaría por obtener una información de análisis e investigación (pago por los periódicos al menos una vez a la semana) pero ¿hay una mayoría de la población que lo hará? Sirva de ejemplo los diarios gratuitos.
Me suelo rodear de periodistas pero los de mi alrededor que no trabajan o han trabajado en el mundo de la información muy pocas veces (por no decir nunca) se han comprado un periódico en papel: Entran en las webs de los medios españoles para leer titulares y, si tú les haces pagar, se irán a otro a leerlo. Porque no les interesa la calidad, les interesa la cantidad. Ven los informativos y se dan por enterados. No tienen interés en saber los porqués o qué es lo que opina alguna de las grandes firmas periodísticas al respecto. Y ellos, lamentablemente, son los que tienen que mantener el negocio de la información. Ellos (nosotros) son los que tenían que mantener la industria cinematográfica y mirad cómo ha terminado. Espero, de corazón, estar equivocada. De momento hay webs que lo han tenido que 'levantar'.
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