No soy muy amante de los best sellers, porque las expectativas que crean tantos comentarios al final producen que el libro en cuestión, en algunos casos, decepcione. Como ocurre con las películas (e incluso con la música) es mejor comenzar un libro sin conocerlo de antemano demasiado, pero en la muchos casos es inevitable. (Mi truco es esperar un par de meses después de leer las críticas. Funciona)
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Comencé 'Cincuenta sombras de Grey' sabiendo de antemano que era literatura un tanto subida de tono. Pero esta obra, en mi opinión, está más cerca de ser una obra 100% porno a ser un simple relato erótico. Con esto no quiero criticar, ni mucho menos, este tipo de género, más bien me sorprende que haya causado tanto éxito entre el sector de lectoras femeninos, ya no sólo nacional sino a lo largo de todo el mundo.
La pregunta inevitable que surge tras leer la obra de E.L. James es '¿porqué este repentino éxito?' '¿tiene la sociedad carencias sexuales que se suplen con este tipo de libros que roza el porno?', '¿tenemos problemas las mujeres con el sexo?'. Realmente, si la trilogía ha triunfado alcanzando la fama como 'porno para mamás', es que era necesario cubrir ese nicho de lectoras que necesitaban ponerle chispa a sus relaciones sexuales.
A finales del año pasado, varios medios de comunicación se hicieron eco de una noticia del Daily Mail en que se contaba que una mujer británica había pedido el divorcio alegando al libro como argumento. Pero ahí no queda todo, hace un par de días, una mujer alemana de 28 años moría tras probar algún ritual de la famosa obra. Ahí queda eso.
Chica virgen conoce a chico (guapísimo, famoso y rico) que le abre las puertas del sexo y la introduce en las prácticas más variopintas. Y hasta ahí puedo leer porque si sigo igual os quedáis sin historia. La clave del éxito probablemente sea que la protagonista sin comerlo ni beberlo acaba metida de lleno en la vida de tan apuesto 'príncipe' o quizás (opto más por esta opción) sean las descripciones sobre las horas y horas de sexo de la pareja.
Claro esta que toda comparación es odiosa y Christian Grey y Anastasia Steele no se dedican precisamente a jugar a médicos en sus hazañas amorosas. Látigos, sumisión, esposas... (y eso que sólo me he leído el primer libro). Es lógico que las aficionadas a esta saga pidan a sus maridos/amantes/amigos que formen parte del juego de sadomasoquismo. Pero ellos también deberían leerlo y así saber qué es lo que realmente queremos las mujeres. Y con esto no me refiero a rituales de sumisión, sino a un poco más de emoción y menos monotonía en la relación.
Eso sí, conozco a mujeres que han tenido que cerrar el libro en el transporte público tras alcanzar un grado de excitación con las descripciones de la historia demasiado elevado para el momento. Y no es difícil que ocurra, porque hay escenas tan salvajes e intensas que la lectora luego se queda con ganas de más. Aunque me parece más porno que literatura erótica. Y, ojo, con eso no quiero decir que esté en contra. Porque detrás de esa historia subida de tono, también hay una historia de amor, de emociones y de ilusión, como la de cualquier otra pareja.
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